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El diablo también llora…

Actualizado: 18 abr

Hasta el diablo puede hacer la obra de Dios.


Cada uno de nosotros tenemos una esencia única… que al llegar a este mundo “debe” ser recubierta por las experiencias vividas de la infancia… porque estas experiencias serán la gasolina que pueda encender el motor que nos desarrolle hasta poder nuevamente expresar nuestra esencia pero esta vez con la suficiente fuerza y madurez que pueda ejercer su función en y para la totalidad, aun aquellos que sienten ser una isla y vivir en desconexión total están dentro de la unidad y tienen una función de igual forma.



Así, los encuentros clave que vamos teniendo en nuestra vida (en la carta natal representado por el vertex y el signo en el que cae) van a detonar en nosotros emociones, sensaciones, memorias que se pusieron bajo llave cuando éramos aún incapaces de entenderlas y de manejar el contenido que traían con ellas… pero esos encuentros con esas personas que traen las llaves (mensajeros) de algo que habíamos guardado, es nuestro tesoro, es nuestra propia esencia… con cada encuentro, que no necesariamente es fácil, divertido o simple, muy por el contrario, ese tipo de encuentros son intensos, desafiantes, dolorosos, y solo pueden funcionar si se está dispuesto a mantenerse receptivo, sin barreras, a rendirse de cierto modo, para silenciar el miedo del EGO y así finalmente  recibir la información que ese mensajero nos trae.


No existe bien ni mal, no existe ser humano que sea el mal encarnado en persona o el bien hecho realidad, lo que existe solo es energía y lecciones, aprendizajes… donde si aprendemos se despierta dentro de nosotros un poco más de emoción, de sentimiento, de corazón, o como yo le llamo de piedad y vida, verdadera misericordia por nosotros mismos… y damos un paso más hacia nuestro propia esencia, nuestro propio ser.


Y es que en todo caso, es cuando negamos quien somos realmente, cuando mutilamos  nuestra verdad, y cuando aceptamos la verdad de alguien más  sin antes haberla hecho correr por nuestras venas para poder confirmar si puede o no formar parte de nuestro sistema… es cuando realmente estamos en un error, en equivocación, porque entonces detendremos el florecimiento de nuestra esencia…


Pero el ego vive en la gran mentira eterna, el contra el mundo, y Dios y la vida en contra suya, entonces nace el Diablo… y todos llevamos de Diablo y un tanto, porque todos llevamos la energía de la separatividad incrustada en el corazón, que ve todo dividido, y al usar los sentidos del cuerpo sin activar la brújula del corazón, entonces se conoce el miedo y este comienza a recubrir el corazón de capas y capas de protección, y así sentimos que algo dentro nuestro se vuelve piedra…, hemos caído en la absoluta ilusión de que yo y mi alrededor somos distintos, nos recubrimos de sombras y máscaras para protegernos…


Esta ilusión cada vez se vuelve más fuerte, pero al mismo tiempo está la memoria latente de lo que realmente somos, la semilla divina no puede morir… no importa cuanto miedo le recubra su destino, esa semilla sabe que es parte del Sol mismo, ese brillo extraordinario… también es suyo.


Un día ese ego diabólico encuentra un reflejo de sí mismo… la energía idéntica a él pero opuesta, la energía exacta que le ayudará a dar pasos a su florecer, ¿podría darse este florecimiento sin dolor?… imposible… hay tanto miedo, entonces comienza un duelo entre los opuestos, y erróneamente sin entender la oportunidad que la vida ha puesto frente de sí, se le cree enemigo, o se le cree que hay que enseñarle algo, porque el otro está mal.


Solo aquel que ha conocido el dolor verdadero en su penoso caminar por el infierno de la vida, es capaz de reconocer que el otro no es un enemigo, sino el complemento de conocimiento que el mismo necesita para poder salir de las tinieblas donde existe…


Pero ese diablo interno tiene que ponerse de rodillas antes de que pueda recibir el mensaje que viene para su alma… tiene que tener humildad verdadera… para poder ver en el otro el amor que está envuelto dentro suyo…


Pero a todos los diablos nos gusta tener la razón… nos gusta porque el miedo que habita en nuestro corazón es inmenso, hay que desarmarlo poco a poco, lentamente asegurarnos de limpiar nuestro corazón… hasta que pueda quedar un alma lo suficientemente amorosa, suave, gentil y humilde, para exponerse ante el alma del otro ser y atreverse así a ser fundido, mezclado con esa otra energía… atreverse a conocer una nueva parte de sí mism@.


Entonces un milagro se dará… el Alma se transforma y alcanza la vibración de una azucena blanca, (esta flor simboliza pureza, nobleza y resurrección - ahondaremos en esto en el sig post), lo que significa que ha liberado su corazón de orgullo y miedo.


Que alegría poder reconciliarse con la vida desde esta dulzura y suavidad… pero… esto no es posible si nuestro diablo no se atreve a llorar… sino se atreve a reconocerse vacío, ingrato, mentiroso, cobarde, acusador, falso y se logra tener piedad de sí mismo…


La pregunta que todo “diablo” (un arquetipo interno en nuestra alma) necesita hacerse así mismo: ¿es tan poco lo que me quiero, lo que me amo, lo que me valoro, que soy capaz de lastimarme tanto, de no verme, de pensar lo peor de mí y creer que realmente el exterior me ha dañado cuando he sido yo mismo quien con el Poder de mi divinidad he creado tan dolorosas condiciones?… pero esta pregunta y su aceptación es tan dolorosa… la representaremos por la carta de la Torre del Tarot, porque poder ver nuestra verdad forzosamente va a tirar todo el teatro que construimos sobre quiénes somos y nuestra “falsa grandeza”… la que es imposible sentir y vibrar en soledad… en orgullo, en falsedad…


El diablo que reconoce su pecado, (el pecado de odiarse así mismo, de negar el amor como única vía de existencia y  realización… ), aprende a llorar no con los ojos y el cuerpo, aprende a llorar con el alma, aprende a destruir su esclavitud y sus cadenas de dolor, de frustración, de auto sabotaje, de pesimismo, de miseria… y comienza a vibrar en amor… como la azucena que simboliza resurrección…


Estamos en un tiempo de milagros, de muertes y resurrecciones… hermano, hermana mía… aceptemos llorar lo que sea necesario para abrirnos al otro y vivir en vulnerabilidad… la única forma de ser verdad, de ser amor.


Y no tengas miedo… intenta tantas veces sea necesario… caigas las veces que caigas… cada vez te levantarás más auténtico…


Te abrazo donde tú y yo nos convertimos en la misma alma y el mismo ser… Gracias por enseñarme mi dolor y respetarlo.

 
 
 

2件のコメント


jaovand
jaovand
4月26日

Esto es cierto muchas veces las emociones hablan y no las escuchamos y deberiamos hacerlo por que la persona mas importante de tu vida eres tu y deberiamos cuidarnosy conocerno mas ! bellisimo !!

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Victoria Eugenia
Victoria Eugenia
4月18日

Gracias por dejarme verme en Ti , Honrarte y en consecuencia Honrarme.


💝

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